Deportividad a flor de pielGiramos la llave y despertamos el pequeño motor 1.4 TSI (gasolina) que mueve el Seat Ibiza Cupra. Un sonido profundo, seco y gutural nos saluda y nos da la bienvenida. Una cilindrada modesta para un modelo Cupra, podemos llegar a pensar llegados a este punto. Nada más lejos de la realidad. El modesto 1.4 TSI eroga unos brillantes 180 caballos de potencia a las 6.200 y un generoso par de 250 Nm a partir de las 2.000 revoluciones, unas prestaciones bastante dignas para mover un conjunto que homologa 1259 kilos en la báscula. De hecho, el Cupra es capaz de acelerar de 0 a 100 en 6,9 segundos y gracias a su generoso par a las bajas y medias revoluciones, no es necesario revolucionar-lo mucho para extraer un rendimiento óptimo.Bajamos la mano y encontramos la palanca de cambios automática del Cupra. Esta motorización viene acompañada por un cambio DSG de siete velocidades, capaz de extraer el alma deportiva que esconde el modelo de Martorell, pero también para moverse de forma civilizada y cómodo para un uso diario, que al fin y al cabo suele ser el uso mayoritario por un vehículo de estas características. El cambio DSG del grupo VAG probablemente sea uno de los mejores cambios automáticos del mundo, y permite un funcionamiento y ritmo de marcha excelente, siempre trabajando en el régimen más adecuado a cada situación de conducción, y dependiendo también de si seleccionamos el modo de conducción estándar “D”, o deportivo “S”.

Seleccionamos el modo de conducción estándar colocando la palanca en el modo “Drive” (o “D”) y nos empezamos a mover por las calles de la ciudad. El motor responde de forma inmediata a las exigencias del pedal del gas, y el DSG gestiona, engrana y selecciona la marcha más adecuada en cada caso. De hecho, es posible moverse por las Rondas de Barcelona a ochenta por hora marcando medias de consumo de poco más de cinco litros y medio y circulando a poco más de 1500 revoluciones por minuto.
El Seat Ibiza Cupra se encuentra bastante cómodo en el tráfico urbano, ya que gracias a sus dimensiones y la maniobrabilidad que le aporta su radio de giro, el utilitario catalán se mueve como pez en el agua entre las calles de la ciudad.
Ahora bien, la ciudad no no es el hábitat natural de un Ibiza Cupra. Aunque movernos en él con solvencia, fácilmente detectamos que el coche nos pide más espacio para ofrecer sus mejores cualidades.Escapamos de la ciudad para probar el Seat Ibiza Cupra en su hábitat natural, la carretera abierta. Iniciamos un tramo de autopista y autovía donde este Ibiza Cupra nos demuestra otro de sus puntos fuertes: la versatilidad. Con este vehículo se puede realizar cómodos viajes a velocidad de crucero de 100-120 kilómetros por hora con un confort digno de mención. El tarado de las suspensiones es suficientemente adaptable para circular por vías rápidas, y no se detecta un exceso de dureza que quizás podría acabar cansando a los ocupantes. Al contrario, la dirección precisa, el “savoir-faire” del cambio DSG (siempre engrana la marcha más adecuada en cada momento de forma casi imperceptible) y la suspensión deportiva -pero no radicalmente de este Seat Ibiza Cupra permiten sumar kilómetros sin castigar nuestros riñones ni causar estragos en nuestras carteras, ya que en condiciones de conducción real, respetando los límites de velocidad, el pequeño deportivo de Martorell es capaz de homologar medias de consumo suficientemente racionales que oscilan entre los siete y los nueve litros.Herencia de competiciónAlejados de la ciudad, iniciamos la primera parte seria de la prueba. Nos adentramos en el corazón del macizo de las Guilleries y el Pantano de Sau por preciosas carreteras reviradas. Brilla el sol en el cielo y los fantasmas del invierno parecen haber dejado paso a una incipiente primavera. Hoy toca compartir protagonismo con el hermano mayor de la gama, el nuevo Seat León ST Cupra que prueba mi compañero Ferran Boada, y que tenemos el honor de ser los primeros en probar el país.
Seleccionamos el modo “S” o “Sport”, en la palanca de cambios automática DSG, y una primera tirón nos avisa de las intenciones del pequeño motor 1.4 TSI. Con el modo “Sport” seleccionado, el Seat Ibiza Cupra permite expresar la esencia del motor hasta más allá de las 4.000-4500 rpm. A pesar de la excelente respuesta del cambio y la posibilidad de confiarle todo el trabajo a la hora de seleccionar y engranar marchas, optamos por controlar el coche de forma manual, gracias a las levas que Seat dispone detrás del volante.
Conducir este Ibiza Cupra es realmente muy fácil, divertido y profundamente goloso. Su reducido peso (poco más de 1.200 kilos) y sus reducidas dimensiones, sumadas a una batalla generosa y un chasis y un bastidor muy equilibrados permiten la máxima diversión al volante sin tener que preocuparnos demasiado por perder el control del coche. Apenas nos limitamos a acelerar, dejar intuir una frenada sobre el pedal, reducir una marcha, apuntar en la curva y dibujar una trazada perfecta para volver a acelerar superado el vértice de la curva con una sonrisa gigante dibujado en nuestro rostro.Avanzamos y avanzamos detrás del Seat León Cupra ST. Curiosamente la diferencia de potencia (100 caballos más a favor del hermano mayor) no es tanto plausible como uno podría imaginar a priori. Los 180 caballos del pequeño Ibiza Cupra permiten un ritmo realmente alto, y brillan en tramos de carretera revirada, donde muy pocos vehículos prestacionales incluso de gama superior pueden dejar atrás al de Martorell.Su brillante puesta a punto se desvela con todo su esplendor, y la misma suspensión que nos había proporcionado confort en la autovía aquí nos transmite seguridad y adherencia máxima, consiguiendo una fusión perfecta con la dirección, que transmite en nuestras manos cualquier irregularidad del asfalto.

Seguro incluso bajo la lluviaLas condiciones atmosféricas serán radicalmente diferentes en la segunda parte de la prueba. Iniciamos una segunda prueba de conducción aprovechando un día desapacible, lluvioso, ventoso y frío.Por ciudad y por autovías nuestra unidad de pruebas no muestra el menor síntoma de acusar las condiciones atmosféricas adversas, si bien en las carreteras secundarias, reviradas y estrechas sí podemos detectar que el Ibiza Cupra no se encuentra tanto cómodo como en condiciones favorables y un asfalto seco y liso. A su favor, hay que decir que cualquier vehículo, incluso si este equipo sistema de tracción total, no es igual de ágil ni muestra el mismo aplomo con el asfalto mojado y resbaladizo.Una dura prueba por el pequeño Cupra, que calza unas Bridgestone Potenza R050A, unos neumáticos que a priori deberían funcionar bien sobre mojado. Y realmente el conjunto sigue comportándose de manera magistral en la mayoría de curvas, aunque practicamos una conducción más relajada y extreme la precaución, como es natural en condiciones atmosféricas desfavorables.
Este Ibiza Cupra nos transmite tanta seguridad que decidimos buscarle las cosquillas. Iniciamos una curva a una velocidad moderadamente alta, reducimos una marcha y apuramos unos metros la frenada, buscando una reacción más extraña del vehículo. No lo conseguimos ni en la primera ni en la segunda, pero sí en la tercera: nuestra unidad se muestra imprecisa y realiza un giro extraño cuando pulsamos el pedal del gas a media curva, que nos deshace la trazada y desplaza a la interior de la curva.
De hecho, este Ibiza Cupra es absolutamente seguro. En la facilidad de conducción hay que sumar la excelente sincronía del diferencial electrónico XDS, que salta allí donde las limitaciones humanas no llegan, o las condiciones atmosféricas no permiten llegar. Y es exactamente lo que ocurre. Si en la primera parte de la prueba el sistema de tracción y estabilidad del coche no había tenido demasiado trabajo, en condiciones de asfalto mojado podemos asegurar que la electrónica trabaja de forma efectiva y contundente, permitiendo disfrutar de la potencia racional y asimilable del Su motor de forma absolutamente controlable y maximizar el placer y la diversión al volante.
Una elección racionalPor último, no puedo dejar de comparar este Ibiza Cupra con el Ibiza FR ACT de 140 caballos que probamos hace unos meses. Partiendo de una diferencia de precio real de 5.600 € entre los dos modelos, pienso que la elección racional debería ser el del hermano mayor de la gama.El Cupra equipo unos asientos más cómodos y efectivos que no el FR, e incluso obtiene medias de consumo mejores que el modelo menos potente. Eso por no hablar de los sistemas de suspensión o la dirección que equipa el Cupra, claramente superiores a los de la variante FR. Incluso la respuesta del motor, a pesar de ser el mismo bloque 1.4 TSI, es mucho más brillante con la variante Cupra de 180 caballos, gracias al maridaje de compresor volumétrico y turbocompresor.En definitiva, el Seat Ibiza Cupra muestra el carácter y la personalidad del modelo más popular construido nunca en Martorell. Un conjunto casi redondo, pensado para disfrutar sin renunciar a un uso diario y continuado de un conjunto armónico.
Lo mejor: Versatilidad que permite un uso diario y racional con un confort digno de mención, capacidades dinámicas y facilidad de conducción y uso.
Lo peor: una estética poco exclusiva, diseño de interiores ya superado, sistema de infoentretenimiento.
FOTOS: Jordi Sala